Todo parecía persagíar una noche mágica en el Camp Nou y al final nos íbamos con la sensación de haber perdido el partido. Pero por partes: La noche que acabaria en madrugada, empezaba con el reconocimiento del Barça a los deportistas olímpicos que obtuvieron medalla en los pasados Juegos de Londres a todos ellos se les regaló una camiseta con su nombre grabado que el presidente Rosell les entregó momentos antes. Para algunos era la primera vez que asistían a un partido del Barça y era ni más ni menos que un Barça Madrid.
Y a eso vamos, el partido de anada de Supercopa sólo tuvo un dueño: El Barça, en juego, en posesión e incluso en resultado. Los de Tito le dieron un baño al Madrid que fue impresionante, el Madrid se defendía como podía, esto es, a faltas. Uno esperaba que con la no inclusión de Pepe por motivos de salud, el juego iba a ser más limpio, pero no fue así, ¿cómo es posible que Albiol acabara el partido?
Dejando a un lado el tema arbitral, los goles madridistas vienen siempre por despistes defensivos, el primero tras un buen remate de Ronaldo al que se dejo rematar al palo corto y el segundo por un exceso de confianza de un Valdés que se recrea en exceso con el pie. De una jugada que podía haber sido el 4 a 1 se pasó a un 3-2 definitivo que nos dejó a todos con ....expresiones carioacontecidas (que queda más fino).
Todo queda pues, dado lo apretado del resultado, en el partido de vuelta en el Bernabeu, donde un 1-0 o un 2-1 clasificaría a los de Mourhino,
No hay comentarios:
Publicar un comentario